José Manuel Ramos, Director de Programas de Formación de Euroforum, revela en Cinco Días las…
24 junio 2015
El sisuiente artículo se encuentra publicado en Top Comunicación, si os interesan las claves para hacer presentaciones eficaces os animamos a leerlo.
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Presentar es hacer que tu audiencia se enamore de tu idea, que entienda tu modelo, que les guste tu proyecto.
Es hacer que cale el mensaje. Pero además, presentar eficazmente tiene que ver con saber exponer y convencer al público, potenciando al máximo tu capacidad de persuasión y destacando por encima del resto. En definitiva, dejar huella y hacer que recuerden el contenido es lo importante… ¿Cómo hacerlo?
1. Tenemos que trabajar en un discurso bien estructurado y diseñado previamente. Utilizar recursos como el “storytelling” nos permitirá generar mayor impacto. La audiencia recuerda mejor las “historias” que atraen desde un primer momento la atención, que poseen un nudo donde se recojan los datos principales de forma clara, precisa y simple y un desenlace “en alto” que ancle el mensaje.
2. Disponemos de pocos minutos para nuestro “elevator pitch”, con lo que es necesario sintetizar para poder mantener la atención de las personas que nos están escuchando, que son los “consumidores” de nuestra presentación.
3. Debemos conjugar la autocomplacencia con las opiniones del grupo: nuestra opinión no es más importante que la de los demás, no es mejor, ¡Es una más! Esta premisa hemos de utilizarla como herramienta de equilibrio del área ciega y así conocer nuestro estilo de comunicación para mejorar. Perfiles con una autoexigencia alta tienen que saber combinar el arte de presentar con su propia percepción. De hecho, el exceso de perfeccionismo puede llegar a ser contraproducente para la evolución y mejora de la habilidad de presentar.
4. Evitemos también la “deseabilidad social”, aquella que impulsa a hacer y/o decir lo que nuestro interlocutor espera, dejando a un lado la sinceridad. Esta deseabilidad social es adaptativa en su justa medida, y terriblemente bloqueante en exceso. Una alta deseabilidad social imposibilita, resta recursos para el discurso e inhabilita ya que castra la espontaneidad, la capacidad de improvisación y, sobre todo, la naturalidad.
5. Busquemos un enfoque que marque la diferencia y seamos auténticos. La autenticidad se nota y, lo mejor y más importante, se contagia. En resumen, en una buena presentación hay que contar, persuadir, influir y fluir… Habilidades que se adquieren practicando con constancia y, por supuesto, pasión.
Lara Richart, Directora Técnica De Formación de Euroforum.