El origen del enfoque Lean Startup se remonta a 2011, año en el que el empresario Eric Ries publicaba la obra “El método Lean Startup: cómo crear empresas de éxito utilizando la innovación continua” y ponía al servicio de todo el mundo una nueva metodología orientada a generar productos y negocios y a mejorar la creación, puesta en marcha y desarrollo de las empresas sin necesidad de realizar grandes inversiones.
Lean Startup asienta sus bases sobre la máxima de aprovechar todos los recursos disponibles sin desperdiciarlos con el fin de mejorar los procesos y, por lo tanto, de obtener cada vez mejores resultados. Además, es un sistema que pone el foco en las necesidades de los clientes y que modifica constantemente su producto o servicio hasta llegar a la versión final del mismo, que no será otra que aquella que más se ajuste a las preferencias del consumidor.
Dicho de otra forma: esta herramienta tan útil en el mundo del marketing y de la publicidad, que tan de moda se ha puesto en los últimos años, defiende que debemos ofrecer lo que el mercado demanda y dejar a un lado nuestra opinión sobre qué es lo más acertado. En este sentido, se nutre del feedback de los clientes potenciales, pero, además, acorta los procesos de desarrollo y mide el progreso.
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El ciclo del Lean Startup: pasos a seguir
Esta metodología consta de una serie de fases que conforman este ciclo repetitivo que nunca finaliza. Se resume en investigar, medir y aprender. Te las explicamos a continuación con más detalle.
Antes de nada, define el valor de cada uno de tus productos, que es, básicamente, aquello que satisface las necesidades del cliente. No siempre es sencillo de establecer, por lo que será fundamental realizar una investigación previa.
En segundo lugar, tendrás que identificar el flujo de valor del proceso, entendiendo cómo, por qué y cuándo se genera valor.
En tercer lugar, deberás eliminar los MUDA (el desperdicio que se genera en cualquier actualidad que consume recurso y no aporta valor).
Después, harás fluir el trabajo sin interrupciones, logrando que este sea continuado. Para lograrlo será necesario dejar de lado el enfoque tradicional y centrarse en trabajar individualmente cada unidad para ajustarnos a la demanda del cliente lo máximo posible.
En quinto lugar, tendrás que aumentar o reducir la producción en función de las demandas del público, generando única y exclusivamente lo que él precisa en ese momento.
Y ya por último, para continuar evolucionando, deberás equilibrar las fases del producto sin olvidarte de que la mejora es un camino infinito que consiste en eliminar progresivamente los despilfarros y crear procesos perfectos.
Ventajas de Lean Startup
Aumento de la productividad. Gracias a la búsqueda de los “cero defectos” y a la solución de los problemas desde su raíz, los productos y servicios se perfeccionan y, por lo tanto, la tasa de fracaso disminuye.
Reducción de costes. Al eliminar los procesos innecesarios de la producción, el gasto disminuye considerablemente. En este sentido, los riesgos que corre el emprendedor también se reducen, ya que las decisiones se toman en base a datos y no a intuiciones.
Mayor satisfacción del cliente. Son ellos quienes deciden qué quieren, cuándo, dónde y cómo. Además, el negocio tiene más tiempo y dinero para ajustarse a las necesidades que demanda su público.
Datos fiables y objetivos. La metodología Lean Startup validará o refutará tu modelo de negocio y, además, te permitirá conocer cómo son y actúan tus clientes.
Nueve consejos para aplicar esta metodología
Aunque jugar con el ensayo y el error sea una de las mejores formas de impulsar y hacer crecer un nuevo negocio, estos tips también te serán de gran ayuda si decides emprender con el método Lean Startup:
- Antes de comenzar a aplicar la metodología Lean Startup es conveniente que organices tu negocio y resuelvas los problemas que te impedirían llevarla a cabo de manera eficaz.
- Opta por lo simple e incorpora las técnicas de Lean Startup de manera gradual. Ir demasiado rápido puede llegar a ser contraproducente.
- Acostúmbrate a aplicar este método diariamente. Te permitirá ahorrar tiempo, dinero y esfuerzo.
- Establece unos objetivos claros y concisos desde el principio y no los pierdas de vista.
- Apuesta por la creatividad. Sin ella, dar con el producto perfecto será más complejo.
- Si sois varios socios, asegúrate de contar con el apoyo de todos ellos. Además, involucra a todo el personal de la empresa.
- Crea, mide y aprende. La metodología Lean Startup se basa en generar nuevas ideas para tus productos y en analizar las reacciones de los clientes para mejorar continuamente.
- Olvídate del miedo. Y es que si tu proyecto no es tan rentable o interesante como creías en un principio, probablemente encuentres alguna alternativa relacionada que sí sea viable.
- Y, por supuesto, entre muchas otros aspectos que te comentamos en este post para emprendedores, rodéate de buenos profesionales, elabora tu propio plan de negocio y ten una visión global del mismo.
Ya para finalizar, te recordamos que para que tu organización Lean funcione requerirá, por un lado, de constancia para seguir al pie de la letra cada una de las fases que comentamos anteriormente; pero, sobre todo, del compromiso de todas las personas que forman parte del proyecto.
Como dice una de las grandes premisas de esta metodología, “si te equivocas, hazlo pronto y barato”. Y es que cuanto antes detectes el fallo, menos costes y repercusiones negativas tendrá. Y recuerda: hasta que tu producto o servicio no esté validado por los clientes jamás deberá salir al mercado.