Como todos los años, la Navidad ha llegado y eso se nota en las calles,…
La fiesta de navidad de la empresa es uno de los grandes eventos que los trabajadores tienen marcados en sus calendarios laborales, y justo ahora es la época de su apogeo en cualquier organización.
Sobre ellas hay opiniones para todos los gustos: que si es mejor ir que no ir, si nos apetece ver a los compañero fuera de la oficina o no, si seremos capaces de aguantar los bailes y chascarrillos clásicos del evento…
Independientemente de esto, lo cierto es que tras un largo año de duro trabajo estas cenas son la excusa perfecta para disfrutar con los compañeros en un entorno relajado e informal, lejos de la oficina… ¡y divertirse!
Pero a veces, estas fiestas se descontrolan. El exceso de euforia puede desembocar en actos tan desafortunados como hacer o decir algo inapropiado al jefe… ¿Te suena?
Este descontrol suelen dar grandes quebraderos de cabeza a los departamentos de recursos humanos, quienes desean que los empleados disfruten de un evento divertido sin sucesos extraordinarios que enrarezcan el ambiente o que queden “para la historia”.
Para lograr que la cena de navidad no pierda su esencia, que es la de reforzar los lazos entre los empleados y pasar un buen rato en un ambiente distinto al habitual, basta con seguir algunos consejos como los siguientes:
1. Fijar a algún responsable de la cena: Una o varias personas cuya función es asegurarse de que haya “adultos” en la celebración de la empresa. Además de pasarlo bien como el resto de trabajadores, su función es poner cordura si alguna situación se descontrola, evitando el problema antes de que se produzca.También es importante que los máximos responsables de la empresa mantengan hasta cierto punto la compostura, aunque sin dejar la diversión de lado. ¡Es una noche para disfrutar con toda la plantilla!
2. Servir alcohol con algunos límites: Es evidente que todos esperan que se sirva alcohol durante la cena de navidad, y lo ven como algo normal para aumentar las dosis de diversión.
Pero en realidad es un arma de doble filo, ya que el exceso en el consumo puede hacer que seamos los protagonistas de la cena y de sus fotografías, que por supuesto después circularán por toda la empresa.
¿La solución? Buscar el equilibrio entre lo que cada uno necesita para aportar su chispa a la fiesta pero sin que se le vaya de las manos. ¡En el término medio está la virtud!
3. Establecer expectativas previamente: Otra buena idea es comunicar a los empleados antes de la cena qué mínimos de comportamiento se espera de ellos, sin coartarles excesivamente, pero fijando algunos límites.
Es cierto que de cualquier forma puedes acabar bailando con tu jefe, lo que entonces te parecerá un momento mágico, pero después vendrá la cruda realidad del día siguiente en la oficina, y el momento mágico quedará como una pesadilla imborrable en el recuerdo de ambos.
En resumen, lo que sucede en una cena de empresa no tiene por qué quedarse en la cena de empresa, y más si tenemos en cuenta que el mundo actual es digital y todo el mundo está conectado y tiene un Smartphone a mano para sacar la foto del momento más inoportuno de la noche…
Pero, en cualquier caso, las cenas de navidad son una gran ocasión para estrechar lazos con los compañeros y acercarse a los habitualmente inabordables jefes de la compañía. En estos eventos la diversión no puede faltar, así que desde Euroforum te animamos a que disfrutes al máximo de la cena de navidad de tu empresa.
¡Te lo mereces!