Existen muchos estilos de liderazgo que pueden determinar el éxito o fracaso de una organización…
¿Son todos los CEO líderes para la gente que les rodea? Es una pregunta a la que, probablemente, la gran mayoría de CEO contestarían que sí sin dudar.
Es cierto que, en muchos casos, a una persona que ha llegado a dirigir una empresa se le presuponen una serie de características que posiblemente coincidirán con las que tiene un buen líder, y son universalmente reconocidas: gestión de equipos, inspiración para los demás, capacidad de tomar decisiones…
¿Pero y si repetimos la pregunta a todos los empleados de una organización respecto a la persona que les dirige? Seguro que en este caso el porcentaje de respuestas que afirman que el CEO es un auténtico líder desciende. ¿Por qué sucede esto?
En primer lugar, la propia percepción de qué es un líder y con qué cualidades ha de contar es una noción que ha evolucionado con el paso del tiempo. Un ambiente laboral marcado por la transformación digital exige nuevas capacidades a los dirigentes de las empresas que, en otra época, quizá no hubieran tenido tanta importancia. ¡Vamos a repasar algunas de ellas!
- Transparencia: Un concepto muy manido pero que realmente no es sencillo de encontrar en el seno de las organizaciones. El CEO debe garantizar que todos los trabajadores que tiene a su cargo se involucren para alcanzar las metas y objetivos del negocio. Y para ello no hay mejor solución que procurar que todos entiendan cuál es su papel en el engranaje de la empresa, y también conocer la actualidad y resultados que la empresa va teniendo, pues así pueden tener el pulso de cómo su trabajo impacta en los mismos. La sinceridad es una gran recurso para generar lealtad en los empleados.
- Inteligencia Emocional: Lejos quedan ya los tiempos en que un CEO era aquel personaje impredecible, de humor cambiante y con el que los empleados no sabían a qué atenerse. En plena era digital las organizaciones y los propios empleados demandan directores que comprendan y tengan en cuenta las emociones de las personas que están a su alrededor. La gente valora la consistencia en sus superiores y espera de ellos que se comporten como adultos.
- Curiosidad: Se trata de otra característica vital para poder dirigir una organización durante un espacio de tiempo prolongado. El interés por descubrir siempre algo más es indispensable en el mundo de la transformación digital donde los cambios en modelos, herramientas y estructuras adquieren un ritmo vertiginoso. No estar al día puede suponer quedarse atrás, y los CEO son los primeros que han de dar ejemplo con su actitud. Fomentar la curiosidad de los que trabajan a su alrededor contribuirá a mantener viva la pasión y las ganas de alcanzar los objetivos en todos los empleados.
- Cooperación: En esta época las relaciones de tipo horizontal se van imponiendo poco a poco a las tradicionales relaciones verticales. Es algo que sucede a todos los niveles: CEO y resto de directivos, CEO y empleados, empresa y partners… Cada vez es más necesario que las personas a la cabeza de las empresas fomenten y participen de este espíritu colaborativo que parece se impone como modelo organizativo en las relaciones laborales.
- Innovación: En realidad, esta cualidad era relevante para un CEO también en el pasado, pero hoy en día cobra mayor relevancia si cabe, pues los retos que la actual sociedad digital plantea a las organizaciones requieren en la mayoría de los casos de una visión totalmente disruptiva. Los líderes de las compañías deben ser los primeros en tener este enfoque “out of the box” que sitúe en todo momento a sus organizaciones en la cresta de la ola en lo que a innovación se refiere.
Estas son algunas de las características que deben tener los CEO hoy en día, pero seguro que se os ocurre alguna más.
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