El machine learning ha conseguido que en la última década el ser humano haya desarrollado…
Desde hace algún tiempo se discute sobre si el desarrollo de la inteligencia artificial y las máquinas con capacidad de aprendizaje cambiarán los procesos de trabajo en las empresas y si afectará a los puestos de los empleados.
Normalmente se habla de los empleos más mecánicos y con menor cualificación como aquellos que tienen más posibilidades de ser sustituidos por máquinas. Pero si tenemos en cuenta que los puestos de dirección muchas veces implican una gran cantidad de tareas de tipo administrativo, parece evidente que los managers, antes o después, también tendrán que aprender a convivir con los sistemas inteligentes.
En realidad, no debería ser un tema que preocupe a las personas que actualmente ocupan puestos de gestión y dirección. El desarrollo de la inteligencia artificial puede hacer que tareas administrativas mecánicas asociadas a puestos de management, como por ejemplo la creación y modificación de turnos de trabajo o la elaboración de reports analíticos, se lleven a cabo de manera más eficiente, imparcial y rentable que si las hicieran los propios managers.
La gran ventaja sería que estos trabajadores, ya liberados de estas tareas necesarias pero que aportan poco valor a sus trabajos, se pueden dedicar con mayor libertad a procesos que sí requieren de la mediación humana, y en los que la inteligencia de las máquinas de momento no puede sustituir a las capacidades humanas.
Por ejemplo, a partir de los precisos informes que un sistema de inteligencia artificial compila fácilmente el manager puede aprovechar sus capacidades de análisis, experiencia y conocimientos de su sector para desarrollar propuestas que otorguen una ventaja competitiva a sus empresas, empleando así sus habilidades en mejorar la inteligencia de negocio de su organización.
Como resultado de todo esto, los managers del futuro también tendrán que contar con nuevas capacidades que les permitan optimizar su trabajo y convivir eficientemente con las máquinas inteligentes. Además de sus capacidades de supervisión, tendrán que contar con habilidades analíticas y de desarrollo de estrategias, pues gracias al trabajo de las máquinas las fuentes de datos en que basar las decisiones serán más extensas y diversas.
¿Y cómo será la comunicación entre humanos y máquinas en este nuevo contexto? Lo cierto es que ya existe un gran desarrollo en esta área concreta. Los managers podrán interactuar con los sistemas inteligentes mediante conversaciones con texto plano y otras interfaces que faciliten la comprensión por parte de la máquina de las necesidades de la empresa, hasta el punto de establecer una relación entre unos y otros de “colegas” de trabajo.
La inteligencia artificial y las máquinas que aprenden serán, más pronto que tarde, nuestras compañeras de trabajo habitual. Los empleados en puestos de dirección tendrán que aprender y desarrollar nuevas habilidades que les permitan desenvolverse con eficiencia en este nuevo entorno. Todo un reto.
¿Estáis preparados?