DMP, uno de los culpables de los anuncios que te persiguen en Internet
Da igual a qué se dedique tu empresa, hoy en día la práctica totalidad de los potenciales consumidores de nuestro país, especialmente en los segmentos más jóvenes, buscan en Internet información sobre los productos o servicios que les interesan.
Y si hablamos de buscadores en España, hablamos de la “gran G”. Google, según datos de Statcounter, acapara más del 95% de las búsquedas. Muy por encima de otros buscadores como Bing, de Microsoft (2,98%), Yahoo (1,08%), DuckDuckGo (0,14%) o MSN (0,06%).
Pero, ¿qué determina lo que sale en los resultados de Google cuando un usuario hace una búsqueda?
Ahí es donde entra el trabajo del profesional del posicionamiento en buscadores, más conocido como SEO (Search Engine Optimization, por sus siglas en inglés). Aparecer o no en esos resultados y hacerlo lo más arriba posible para las búsquedas relevantes al negocio es lo que marca la diferencia para muchos negocios, especialmente los e-commerce, entre el éxito y el fracaso.
Cuando hacemos una búsqueda en Google, lo primero que vemos normalmente son anuncios, sobre todo si la búsqueda que hacemos es de tipo transaccional (por ejemplo, “zapatos negros de tacón”). Esos resultados son de anunciantes que están dispuestos a pagar a Google por que les sitúe ahí, y no son el objeto de un trabajo de SEO.
Inmediatamente debajo comienzan los llamados resultados orgánicos, que son 10 en la primera página, y que Google coloca ahí en función de una serie de factores (más de 200) entendiendo que dan la mejor respuesta posible a la búsqueda del usuario.
Así pues, para poder posicionar bien es necesario conocer todos esos factores y saber cómo optimizar la web para “gustar” a Google y tener opciones de aparecer en las búsquedas que nos resulten relevantes.
Aunque esos factores son muchos y afectan tanto a la propia web (SEO On Page) como a la autoridad externa a través de las páginas que nos enlazan (SEO Off Page), la base fundamental del trabajo de posicionamiento es el sentido común.
Si hacemos contenido de calidad, en una página web estructurada con sentido, sin errores y además somos relevantes para nuestros usuarios, es más que probable que Google nos reconozca esa relevancia situándonos en un lugar visible.
Por otra parte, es necesario estar al día con las directrices de Google, ya que el buscador va cambiando las reglas cada cierto tiempo. Y también conocer lo que está por venir, que en el caso del SEO son las webs de tipo mobile first (es decir, diseñadas directamente para móvil y que luego se adaptan a desktop) y las búsquedas por voz, que pueden cambiar la forma en que buscamos por internet.
Si ya hemos conseguido llegar a la primera página de resultados, lo siguiente que hay que tener en cuenta es la posición. No es igual aparecer primero que tercero, ni que séptimo. A cada posición le corresponde un CTR (click through rate, es decir, el número de veces que un usuario hace click en el resultado en función del número de veces que aparece dicho resultado). A posiciones más altas, CTR’s más elevados y por tanto mayor tráfico a nuestra web.
Aunque también hay limitaciones, ya que algunos negocios nunca podrán aparecer arriba de los resultados si los primeros puestos están copados por empresas que son mucho más relevantes que ellos, y capitalizan el tráfico de las búsquedas con mayor volumen.
En ese caso la solución es tratar de posicionarse localmente (para búsquedas que incluyen términos de ubicación como la ciudad o el barrio) o para las llamadas búsquedas long tail, más largas y específicas, con menos competencia pero menor volumen también.
Aunque el trabajo Seo tarda unos meses en dar sus frutos, una vez conseguida la visibilidad ya no se pierde, siempre que no se lleven a cabo malas prácticas que nos hagan perder las posiciones. La empresa se beneficiará de todo ese tráfico que antes no tenía, con lo que le puede suponer a nivel de negocio.
Por eso el trabajo de posicionamiento en buscadores, o SEO, es tan importante para tu organización. ¡Si aún no lo has tenido en cuenta quizá haya llegado el momento!