El avance tecnológico que hemos sufrido en las últimas décadas ha hecho inevitable que las…
Si hay algo que no se puede negar es que el mundo laboral ha cambiado, ya no seguimos los mismos procesos. Los tiempos de trabajo se han hecho más rápidos y exigentes, la proliferación de la tecnología, la introducción al mundo profesional de nuevas generaciones, los nuevos modelos de negocio o simplemente un ritmo de vida mucho más frenético, han dado lugar a una nueva necesidad: agilizar procesos.
Para conseguir mayor productividad los modelos tradicionales de planificaciones rígidas y formales ya no funcionaban, era necesario dar con una respuesta más acertada a los tiempos que corren. Así es como nació el llamado “agilismo”, desarrollado con las metodologías agiles diseñadas específicamente para aligerar procesos y facilitar una producción más eficiente. Comenzó a gestarse en los 90 y a principios del 2000 se empezó a aplicar en el mundo de la ingeniería de software. Recientemente estos métodos se han extendido a diferentes industrias.
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¿En qué consisten las metodologías ágiles?
Estas metodologías surgieron a partir del manifiesto agile lanzado en el 2001 por 17 expertos en gestión de proyectos y desarrollo de software, definiendo con él los 12 principios de esta metodología:
- Prioridad: satisfacer al cliente.
- Los cambios son bienvenidos: cualquier sugerencia o cambio se puede adaptar, siempre hay vuelta atrás.
- Entregas periódicas: el trabajo en fases define esta metodología, especialmente el trabajo por semanas.
- Trabajo en equipo: todos los equipos implicados tienen que trabajar conjuntamente.
- La comunicación mejor cara a cara.
- Para motivar a la gente lo mejor es crear un buen ambiente de trabajo.
- Medir el progreso es importante.
- Perfeccionismo y excelencia técnica juntando un buen diseño y una buena calidad del trabajo.
- Simplicidad.
- Autogestión de cada equipo.
- Adaptación de los equipos a los posibles cambios de circunstancias.
Bajo este paraguas de principios se diseñaron unas metodologías que darían como resultado procesos más ágiles y eficaces. Estas son las más importantes:
Scrum, Kanban y Lean: nombres propios del agilismo
Puede que no te suenen pero dentro del mundo del agilismo estos tres nombres hablan por si solos. Te contamos en qué consiste cada uno.
Scrum
Es una de las metodologías ágiles que ayuda a gestionar proyectos de manera eficaz y rápida. El procedimiento de esta metodología tiene tres fases:
- La fase de “Product Backlog” en la cual se recoge en un documento lo que requiere el proyecto, las tareas y funciones necesarias para llevarlo a cabo. Este documento lo controlará el Product Owner (el encargado de que el equipo trabaje bien para conseguir los objetivos).
- Segunda fase: Sprint Backlog: aquí veremos las tareas que finalmente se tienen que realizar y quién tiene que hacer cada una, se pueden asignar horas de trabajo o metas para que estas sean hechas de manera eficiente. Los llamados sprints suponen entregas parciales para ir viendo el producto y decidir cambios.
- Todas las tareas y su evolución serán controladas en el momento del Burn Down.
En resumen, mediante el scrum se definen tareas y tiempos para cada miembro del equipo y así se aumenta la eficiencia en la producción para lograr una solución final más rápida.
Kanban
Esta palabra significa “tarjetas visuales” en japonés y dio nombre a un método inventado por Toyota para controlar sus métodos de producción.
Igual que la anterior técnica, con el Kanban también dividimos tareas pero nos ayudamos de tarjetas visuales para ellas, como post its en una pizarra, para representar qué tiene que hacer cada uno y qué prioridad tiene cada tarea. Estas prioridades pueden cambiar, de ahí la facilidad de la movilidad de las tarjetas.
Otro punto fundamental en esta metodología es que por ciclo de trabajo hay delimitadas ciertas tareas, consiguiendo así que el equipo se centre en terminarlas y no en dejar varias abiertas.
En esta metodología también es importante el tiempo que se tarda en realizar cada tarea, es importante medirlo.
Es un método compatible con el anterior y habitualmente suelen juntarse.
Lean
El objetivo de este método es maximizar la productividad creando más valor para los clientes y evitando malgastar recursos.
Teniendo este objetivo, de lo que se trata es de optimizar el flujo de productos y servicios entre los diferentes departamentos, activos y tecnologías, para que lo que finalmente se entregue al cliente se haga de manera ágil y eficaz.
Este método inicialmente se empezó a usar en industrias con productos manufacturados, pero se extendió a todo tipo de modelo de negocio. No se trata solo de una táctica puntual para un proceso, sino de una forma de trabajar y actuar para toda una organización.
En el libro Lean Thinking, de Womack y Dan Jones podemos ver tres pasos para establecer este método en una empresa:
- Definir el propósito u objetivo.
- Qué proceso va a seguir la organización para maximizar la producción siguiendo un flujo de trabajo ágil y evitando gastos innecesarios.
- Cómo se va a asegurar la organización de que todos los miembros siguen los procesos establecidos.
Se podría hablar largo y tendido del agilismo y sus metodologías, hay libros enteros escritos sobre ello, como “Métodos ágiles. Scrum, Kanban y Lean”, nosotros te hemos contado la punta del iceberg, depende de ti conocer el iceberg entero. En Euroforum podemos ayudarte a encontrar el método más adecuado para tu empresa, ¿te atreves a dar el paso hacia el mundo ágil?