Apostar por el IoT es sinónimo de éxito para las empresas. ¡Descubre por qué!
En Silicon Valley, las cebras luchan por encontrar su espacio en un mundo de unicornios. Esto es así desde que el año pasado cuatro mujeres emprendedoras, que se habían encontrado con problemas para encontrar inversores para sus proyectos, decidieran lanzar el manifiesto de las empresas cebra.
Su máxima es: “Las cebras pueden arreglar lo que los unicornios estropean”
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¿Qué son las empresas cebra?
Las cuatro emprendedoras de Silicon Valley, cansadas de obtener negativas para la financiación de sus proyectos tecnológicos, decidieron crear un movimiento que pedía mayor inversión en las startups creadas por mujeres y minorías étnicas, colectivos que siempre se encontraban con mayores dificultades para desarrollar sus empresas.
Además, defendían un modelo de negocio con empresas orientadas a conseguir resultados, pero siendo sostenibles, y rechazando el clásico modelo de empresa de Silicon Valley (los llamados unicornios).
Su reivindicación parte de la predisposición de los inversores de buscar “el unicornio”, es decir, de ganar dinero rápidamente con startups tecnológicas que durante su proceso de desarrollo alcanzan en algún punto el valor de mil millones de dólares gracias a su capacidad disruptiva.
Un ejemplo de estos unicornios son las llamadas empresas del Big Five (Facebook, Amazon, Microsoft, Apple y Google), caracterizadas por su inmenso capital y su crecimiento indiscriminado en los últimos años.
Cebras vs Unicornios
Las empresas que promueve el movimiento cebra empresas son inclusivas, y se preocupan del beneficio de la sociedad por encima del beneficio de los accionistas y grupos de interés a su alrededor. Es decir, buscan una especie de prosperidad sostenible en lugar del crecimiento exponencial de las grandes tecnológicas.
Frente a la cantidad, el sobreconsumo y el cortoplacismo, los defensores de las startup tipo cebra argumentan que se han de impulsar otros valores (calidad, creación y crecimiento sostenible) sin perder de vista la rentabilidad. De ello se beneficia el conjunto de la sociedad.
Además, estos animales simbolizan este nuevo enfoque porque viven en grupo y se cuidan entre ellos, fomentando la cooperación entre las distintas empresas y no la competencia salvaje que en muchas ocasiones redunda en prácticas poco éticas por parte de las grandes organizaciones. Lo que hace cada uno de los individuos sirve para reforzar a todo el colectivo.
Por último, en el sistema cebra las empresas favorecen la pluralidad y se complementan unas a otras, buscando sinergias que, de nuevo, repercutan y tengan efectos positivos para los demás, frente a las tendencias monopolísticas de las compañías del modelo unicornio.
En definitiva, las cebras son animales reales, a diferencia de los unicornios con los que se obsesiona Silicon Valley. Además, estos unicornios crecen muy deprisa y después son difíciles de controlar.
Aún es demasiado pronto para saber si el modelo de las empresas cebra se impondrá al ya establecido de los unicornios en el sector tecnológico.
¿Tú por cuál apuestas?